sábado, 3 de octubre de 2020

EJIOGBE O PA' QUE ME RESPETES

 

Ni Baba Ejiogbe a bi ijọba ti awọn obinrin lori ọkunrin.

En Baba Ejiogbe nace el dominio de la mujer sobre el hombre. (De cuando Orunmila engaña a Ikú con la ayuda de su mujer que lo salva de un engaño. )



Levantó la cabeza disgustado, así que de eso se trataba, cuidar y respetar a Magdalena . -Usted lo ve simple padrino, si yo le contara: Mi mujer no es fácil, me mira pa adentro a los ojos y es como si supiera lo que estoy pensando.

Sin ir más lejos el otro día había cuadrado una chiquita, la conocí manejando el camión, ella estaba allí en aquella esquina con ese vestidito en el que no había nada que imaginar y se me atravesó pa cruzar, después de usar el pito hasta el final y ella sus carcajadas, quedamos en vernos esa misma noche y si quiere que le cuente padrino, Magda la mismísima entrando por la puerta me dijo: Espero que no tengas planes que tenemos que llevar a mi madre al médico.

 Y así un día y otro y otro... Padrino, cuando pude llamar a la chiquita otra vez, ya no quería verme, eso sí, al final me metí a la vecina, porque esas ganas tenía que descargarlas con alguien y no iba a ser ella.-

 Juan se levanta, aun incomodo por la adivinación, paga la consulta y se despide con respeto, en definitiva el babalawo no tiene la culpa, el solo dice lo que ve y sale de aquella casa maldiciendo que hasta los santos sepan. De camino a casa para a comprar una botella de aguardiente, quiere beber pa no pensar en lo mal que ha hecho, qué más da si alguna vez le falta a su mujer, le grita o la deja llorando, ella se lo busca.

 Llega a la puerta y ahí está la nombrada, hablando misteriosa con una vecina,  con esa cara amorosa y la batica blanca de guajira toda de tela bordada que antes le gustaba tanto y ahora aborrece. Pasa casi sin tocarla, ella busca el beso, encuentra aire, entra detrás de él y mimosa pregunta: -Te sirvo un trago?- No le da tiempo a responder, acaba de llegar Pedrito que parado en la puerta con sonrisa depredadora cuestiona: -No hay un buche aquí pa un compadre?- Y suceden los hechos como seguro estaban escritos, los dos hombres sentados en la salita, beben sin control, conversan de pelota, dominó y mujeres sin importarle que Magda está cerca vigilando todo el tiempo. La botella con más aire que líquido y su mujer  que se acerca y coqueta casi puta le dice al amigo: -Dame acá tu trago Pedri que creo q le falta hielo.- Va a la cocina y regresa felina  rozando las manos del compadre mientras entrega , Juan pierde el control, se bebe el fondo de su trago y con los demonios por fuera le pide al que lo acompaña que se termine el suyo, dice estar cansado… El resto es fácil de adivinar, celos, gritos y algún golpe que ocurren mientras se cierra la noche. Magda con sus ojos enamorados solo sonríe con suavidad y algo de lastima mientras friega disciplinadamente el vaso del que acaba de irse. A la mañana siguiente como siempre en el barrio que escandaloso y chismoso ebulle se comenta en cada esquina….

 Que mala pata la del compadre que amaneciera envenenado en una calle.

 Que mala pata la de Magda que tropezara y se diera ese golpe en el ojo.

 Y que suerte la de Juan y lo que lo protege, porque Pedrito había jurado que esa noche lo mataba.

domingo, 16 de febrero de 2020

LA BUENA ESTUDIANTE


LA BUENA ESTUDIANTE

Ella abre el laboratorio y enciende las luces, se pone la bata blanca y pone a funcionar el microscopio, se dejó una muestra el día anterior en la placa de petri, en realidad lleva días en este experimento.

El paciente cero, en eso se ha convertido y necesita hallar la explicación antes de que sea una epidemia.

Así que ahí está, con el problema metío en una probeta y los mecheros calentando los tubos de ensayo.

El virus, un híbrido, mitad hembra mitad macho, como los caballitos de mar que pueden transgredir las leyes de la sexualidad, con comportamientos duales.

Dónde consiguió el espécimen? Habría que remontarse al fin de semana pasado,  en casa de unos amigos,  llegó tímida y bien portada y allí estaba ella, con el mundo coloreado en su cuerpo con historias incomprensibles  gritadas en dibujos  cuidadosamente escogidos  y un pelo como el de una veterana punkie.

Un vino y 20 min después bastaron para escucharla decir la suicida frase "yo te llevo", entonces se alinearon los planetas y ocurrió un eclipse grande de cordura (que es cuando las sensaciones tapan por completo al cerebro y este dejar de funcionar según por el tiempo que transiten las miradas).

No hubo duda en cuál sería el procedimiento, debía examinarla con urgencia y aislar cualquier posibilidad de propagación.

Qué le asombraba? La capacidad de mutar de chico de Wall Street a marginal, a diva pop, a bailarina de Gogo y tipo que mira al mismo tiempo, en mecánico, jugador de póker, enfermero y yonki, tía de los domingos,  amiga que está siempre, filósofo bipolar, hija consentida, amante consentidor,  negociador de vida a fumador de opio, hippie, poeta urbano, papá juicioso, chuloputa, gitano liante, médico porno, prestidigitador, enfermera de la orden de las carmelitas, manipulador de almas...

Y mientras la observa cambiar, acalorada la técnica del laboratorio piensa que caminar un poco por la playa no estaría mal y en un arranque de incoherencia reducto del eclipse anterior le pide a su experimento que la acompañe.

Así pasan la noche con el mar dándole en los talones a ratos y un millón de historias dichas con mucho morbo y poca timidez.

Del mar a la India y se menciona a Gandhi, de ahí a Egipto y Lyz Taylor ensaya su Cleopatra, recorren estaciones de metro del Paris profundo, emisoras de radio con nombres de ciudad,  novias compartidas, secretos de vida que entrelazan sin comprender  la razón del encuentro, regresan  eufóricas y sorprendidas a la salita de experimentos, donde la técnica aun en contra de su voluntad la deja disciplinadamente en su pequeña placa de cristal y se va a dormir.

Transcurren los días de un modo vertiginoso y el asombro sube en intensidad y las miradas en temperatura y el caos hace del lab su casa y el hallazgo  ya no duerme en su probeta, anda a sus anchas por todo los sitios y se adueña  de cada centímetro del recinto  y de la chica de la bata blanca, cambia horarios, hábitos de alimentos, habla de música sin parar, la propagación es rápida y visible, llena de risas esas paredes, sexo nuevo y desmedido, noches infinitas, secretos…

Ella, la que lo estudia, no puede parar, en las mañanas descubre que la mutación es real e irreversible, descubriéndose infestada el día que en su piel aparece la primera mancha de colores.

Contagiada y feliz  acude cada día la investigadora a su proyecto, compra una bata ajustada marcando silueta y tacones, se maquilla antes de entrar, enloquece, tararea ritmos incomprensibles, sueña con una casita, compra un vestido de novia, está irremediablemente  contaminada.

Lunes, ha llegado a trabajar como de costumbre, al abrir entiende que algo no va bien, todo está fuera de lugar, las ratas sueltas por el piso, los tubos de ensayo rotos, su laboratorio desordenado y el engendro caótico y letal sentado encima de la mesa, no hay explicaciones para ese comportamiento, y aunque intenta frenar este desenfreno, sabe que es batalla perdida, ya ha visto demasiadas epidemias en su vida como para saber que una vez desatadas solo dios puede con eso

Intenta ordenar un poco y hacer entrar en razón a su experimento, le habla suave, con palabras que deben calmar, le suplica vuelva a su probeta, nada funciona, el virus desatado y grotesco le hace perder la paciencia, toma aire, da la vuelta y se marcha dejando el laboratorio en un revuelo
Vuelve al otro día y al otro y sucede el tiempo de un modo devastador,

Hoy la chica ha vuelto a su espacio, su pequeño sitio no se parece en nada al de hace meses atrás, la anarquía hace ver el cubículo como un campamento de guerra, atrincherado debajo de una mesa está  la criatura, fuera de control , la científica ojerosa, visiblemente más delgada, triste , cansada y decidida por última vez le dice:

-Vamos arreglarlo , conozco una forma , a veces mutan los estados y podemos buscar tu estado original, para regresarte a él, llevará tiempo y paciencia pero puedo retomarlo.

El flagelo el que se ha convertido el híbrido sin levantar apenas los ojos del suelo, la mira con lástima, burla, quizás odio y con un tono delirante le susurra:

-        - Doble ración de realidad común…

La chica, a la del laboratorio se le congela la dulzura, hasta las más aplicadas tienen un límite, inicia la retirada, marcha atrás, sin dejar de mirar a ese demonio;  con las manos bien apretadas en el bolsillo, dos pasos más y consigue llegar a la puerta, donde activa con un clic y dolor ese potente sistema de destrucción que mandó a instalar hace tiempo para una emergencia, siente a su amado monstruo retorciendo detrás y sabe que girar la cabeza forma parte del pecado original, cierra la puerta blindada y alcanza a oír, quizás la imagina, una potente explosión que estremece el edificio, sonríe llorando mientras sus dedos rompen la cápsula que lleva escondida,  un poderoso antídoto que se dedicó a incubar en las noches de investigación mientras la plaga crecía.

Se cree a salvo de la infección,
De la demencia
De la nostalgia
De la muerte
Del amor.

Echa a andar tranquila y sobreviviente sin notar, que en sus brazos, la mancha de tinta de colores, sigue creciendo…

domingo, 15 de diciembre de 2019

PEQUEÑA CIRUGÍA


Y hoy de nuevo se abre el palacio para una fiesta, la celebración tiene una invitada especial; dicen por los pasillos que es un monstruo, un mito, un hombre, una mujer…

La reina recibe a Lola.

Si, han leído bien, Lola: la pirata, la infame, la proscrita hoy llega al reino.

Llevan semanas estas dos comunicándose, resulta que la bandolera intercepto un barco de su adorada majestad que llevaba además de oro un encargo delicado y delicioso destinado a un prohibido caballero de esos que te apetecen pero no te tocan, aunque seas la mismísima reina.

Era un cofre envuelto en seda roja que la saqueadora inicialmente se reservó pensando en hacerse un pañuelo, cuál no sería su sorpresa al abrirlo y encontrar un exuberante camisón real lleno de encajes y transparencias con un evocador olor a sexo, almizcle y azucenas con una nota que decía  “PARA EL RECUERDO”

Enloqueció de pasión la pirata, se encerró en su camarote, sus manos no daban abasto, pasaban de la seda a su piel en un bucle, al tercer día de solitarias humedades tomó una decisión, necesitaba oler a la hembra  que había usado la desecha prenda, se dijo a si misma que cada una en su estilo era una reina, que ella mandaba sobre el mar y sus mugrosos hombres, la otra en la tierra y sus delicados cortesanos,  que  merecía tenerla.

A pesar de su promesa de alejarse del continente escribió una carta bien corta al reverso de un mapa de un tesoro que nunca apareció.

TE DEVUELVO TU ORO A CAMBIO DE UNA NOCHE CONTIGO.

Y una gaviota amaestrada fue la encargada de hacerlo llegar, cosas de piratas…

Su majestad no daba crédito al recibir la misiva, era bien descarada la Lola si pretendía llevarla a la cama, burlando los edictos de SE BUSCA, las amenazas de muerte de padres deshonrados y su pánico a tierra firme; pero quería su oro…  o quizás solo fue un pretexto,  porque en su maravillosa cama monárquica nunca hubo una dama, porque nadie había arriesgado tanto solo por olerla, porque una reina debe probarlo todo.

Así que aceptó y el mismo pájaro llevó de vuelta una promesa escrita que susurraba bien puta

 EN UN MES LAS PUERTAS DE PALACIO ABRIRÁN PARA TI POR UN DÍA, NO LO DESPERDICIES.

Hoy es el día, la monarca ha mandado a preparar una cena íntima en su alcoba: ostras, aguacates  que hizo traer de nuevo México  y un pastel inmenso de chocolate y fresas  aconsejada por su amigo y confesor alquimista; para los hombres de la bandolera ha prometido inmunidad y alcohol por una noche. Se mira al espejo arregla su corona, se reconoce imponente, sale corriendo, el barco está entrando en la bahía.

Erguida, solo con dos damas de compañía y un soldado en el puerto ve bajar a la maldita: camisa blanca con volantes , una larga casaca negra bordada en oro que cubre la pata de palo, el pelo salvaje, negro e indomable como un pura sangre, manos fuertes llenas de anillos y una mirada cíclope más fiera que la de cualquiera de sus perros. Medirse y enamorarse ocurren en el mismo instante, la soberana sabiéndose perdida permite que Lola la ayude a subir al carruaje, la tuerta temblorosa no sabe qué hacer con sus sensaciones,  hechizadas y mudas hacen el camino al palacio: atracadero, campo, muros del castillo, pasillos, comentarios, alcoba…

Fueron las horas más cortas de las que se tiene información, las reinas se amaron de un modo que desconocía, Lola sabiéndose libre y consentida, sin la premura de salir huyendo y el agotamiento que provocaba la manipulación implícita a la que estaba acostumbrada para seducir a sus conquistas; La de la corona sin la adulación eterna, la lisonja de tanto amante servil y la presión de comportarse a la altura de las circunstancias. Se poseyeron olvidando los contratos, las buenas maneras, lo aprendido, se olieron como animales reconociendo el peligro de quedar atrapadas en la memoria, ya sabemos que el olfato es el que más datos guarda a la hora de rememorar.

Sin miedos,
Sin cuidados,
Sin mentiras,
Sin alma…

Amaneciendo podemos adivinar el resto, la dueña del reino le pidió que se quedara y Lola le respondió  VEN A MI BARCO, rotas de pasión y entendiendo la utopía hicieron un pacto.

No repetir.
Guardar el secreto.
No recordar.

Con el garfio de la pirata hicieron una pequeña hendidura en su nariz y sin mucho buscar porque tal parece que la glándula estaba ahí, esperando el desenlace extirparon con lágrimas en los ojos a la intrusa que se encargaba de regular hormonas y  perpetuar los olores haciendo que el deseo y la remembranza fuera infernal , la pequeña pituitaria…

Destrozadas al terminar el día de gracia La asaltante volvió a su barco y la soberana a sus aburridos juglares, esa noche todos  (marineros borrachos y cortesanos displicentes) comentaron lo mismo;

que bonitos e inusuales eran los pendientes que adornaban las narices de las llorosas damas…

viernes, 26 de julio de 2019

CONFESIONES DE UN SOFA


CONFESIONES DE UN SOFÁ


Este domingo prometía, hacia días que la casa no se llenaba de gritos y gente riendo y ahora había escuchado al abrir la puerta un bullicio como si fuera día de fiesta, tres voces, su dueña y dos amigas, venían amaneciendo de un sábado largo se dejaron caer encima de él disfrutando la llegada a casa y así sintiéndolas en su propia  piel les oyó mencionar su nombre muchas veces, intrigado y complacido comenzó a recordar.

La primera vez que la vio supo que era ella, de hecho venían dos personas más en el grupo y ni siquiera reparo en la amiga loca de cara bonita que no paraba de probar todos los muebles de la tienda, el chico que les acompañaba… normal, algo así como Alejandro magno a nivel de ego, pero sus propios miedos no le dejaban creérselo, ella sin embargo, rabiosa, pequeña, tierna a la vez en ebullición, caminaba pisando fuerte y sabía lo que quería, el sofá estuvo seguro que debajo de la camiseta de Dior faltaba una teta y había un hueco para encajar el arco, tal fue la amazona que decidió llevárselo a casa después de hacer que marido pagara cash.

Vinieron días de gloria para el mueble en cuestión, su dueña, hizo uso de el de un modo desmedido, comía en su regazo, oía música y movía las nalgas sin piedad sobre su acolchada estructura, contaba secretos a su amiga mirándola a los ojos, se quedaba dormida esperando a su hombre que trabajaba en historias turbias y hasta la sintió hacer el amor alguna vez ,de ese modo cotidiano de saberse a salvo  y que el cuerpo del otro es el hogar, por pudor intentaba no sonar apenas, silenciaba sus muelles y se volvía caliente haciéndose cómplice del acto, mudo asistía a los hechos amándola desde su inercia, tantas veces quiso ser quien la poseyera ,quien estuviera dentro de ella mientras gritaba de placer, tantas veces la soñó moviéndose contra su lomo, tantas veces…

Pasaron unos meses y las sorpresas seguían llegando, así supo que las historias del marido eran más oscuras que lo que parecían al inicio, que se movía mucho efectivo y no era de un trabajo de oficina, que en las noches infinitas de esa ciudad que olía a sexo se consumía la química que proveía “el hombre de la  casa” fundando un imperio que la amazona de la boca carnosa edificaba desde las sombras.

Llegaron los viajes de placer, los regalos caros, luces de colores para el salón , risas, discusiones, disculpas largas como la noche en Finlandia, y más química para sostener el proyecto, llegaron conversaciones turbias con gente que portaba armas, y otras aún más incompresibles con los que decían cumplir la ley ,así supo que unos podían matar “si no me pagas lo que debes” y otros quitarte la libertad “si no trabajas para mí” , nada de esto importaba , su dueña seguía siendo fuerte y feliz y aun en medio de tanto riesgo los oía gemir en sus cojines y al terminar en susurros como una promesa de amor , decidir donde esconder las ganancias que entraban a casa. Él sonreía y la besaba en cada sentada.

Un día pasó… El del cash no regresó más, en una redada le tendieron una trampa y le quitaron lo único importante dejándolo encerrado y con mil años por cumplir.

En cada llamada, su mujer le decía, dime donde está, necesito pagar cosas, y el por miedo al abandono, al micrófono instalado en su teléfono y por delirio solo recalco,

-No vendas los muebles, extraño sentarme contigo en la parte larga del sofá.

Así que de eso se trataba, pensó aliviado el de cuero, hoy domingo, esta guerrera y sus amigas lo iban a diseccionar, cortar, manosear hasta encontrar algo, relajado se dejó querer

Fueron horas intensas de búsqueda, gritos, risas, manos pinchadas con los hierros, la guata regada por el piso, el salón como un pijama party dentro de un cuarto de bondagge, insultos, desesperación , mas risas, cansancio, hambre, plegarias, incluso promesas con fe.  Así en una montaña rusa de emociones transcurrió la tarde…


El sofá, en un acto de amor o venganza (nunca sabremos) quieto en su estructura se supo cobarde, mezquino, traidor…

Pudo haber dicho a tiempo que no era el cofre del tesoro.

Explicar que encerraba misterios que se forjaron mientras ella dormía.

Gritar que afuera en el patio, enterrados detrás de la segunda columna a 50 cm debajo de sus pies, se encontraban perfectamente apilados y envasados al vacío 100 hermosos billetes de 100 esperando el día de ver la luz junto con su dueño.

Sin embargo prefirió callar.

Le gustaba tanto esa sensación de tenerla adentro acariciándolo, por primera vez suya, desnuda y desvergonzada como tanto la soñó, mientras ella como una loca repetía…


Cabrón, hijo de puta dime donde escondiste el dinero???


martes, 28 de marzo de 2017

QUERIDO ÍCARO

Él dice, a punto de comenzar la cita en aquel bar, que cuando ella se acerca, le pica justo en el sitio donde deberían salir las alas. Ella sonríe, disfrazando de ingenuidad un secreto, entonces le cuenta…

La última vez que disfruto de esa sensación, estaba sentada en un banco en la estación esperando el tren de vuelta a casa, hablaba con un amigo sobre mariposas y de pronto sintió que algo en su espalda pinchaba, sonrió complacida, ya conocía los síntomas…

Y fue feliz mientras las sentía crecer, a la par que modificaba su armario, con vestidos de primavera perforados para permitirles el paso.

Una mañana supo que estaba lista, se miró al espejo y abrió con poderío unas majestuosas y rutilantes alas, listas para ser usadas, recogió tres cosas, unas chucherías y saltó al vacío.

Que con alas no da miedo.

Que volar es lo soñado.

Que te esperan allá lejos.


Levanta los ojos en medio del café, dejándose besar por su mirada mientras él dice hechizado:

-Cuéntame más -.

Ella generosa, hace alardes de todo lo que las usó, de lo cómoda que se sentía con ellas, del increíble placer que le produjeron. Efusiva afirma, que esas han sido con diferencia unas de sus mejores alas, perfeccionadas con el conocimiento de cada uno de los errores anteriores, salpicadas de curiosidad, morbo, peligro y altas dosis de irreverencia, le brillan los ojos mientras cuenta cuanto le gustaron estas, la historia del vuelo seduce al tipo que la escucha.

El café, la cita y el cuento se han terminado al mismo tiempo, ella aún soñadora y risueña, disfruta del dulzor de la trilogía, mientras él, contagiado por el artificio de su risa, se despide cortés y enamorado, haciéndole prometer una segunda vez.

La chica le besa tiernamente, escondiendo a la depredadora en una cajita de pudor dice -Quizás- sorteando el juramento.


Y lo deja marchar sin contarlo todo, No quiere empañar el instante, no sabe cómo decir:

Que si esas alas llegan a salirle, quedará expuesto y vulnerable, la fragilidad va a acompañarle.

No le parece apropiado explicarle que ante las decepciones, miles de voltios recorrerán los filamentos de ese bonito plumaje como si en la silla eléctrica estuviera.

No se atreve a contarle que si ella, la razón de sus alas, faltase, tendría que cortar con sus propios dientes esas mágicas extensiones, y desgarrado, casi muerto, esperar a ver si con suerte vuelven a crecer otra vez.

No quiere reconocer que tiene una habitación oscura en su memoria, llena de alas disfuncionales, rotas, o simplemente oxidadas.


Nada de eso le explica la muchacha, que después de verlo marchar tan ilusionado corre a casa a cambiarse de ropa, esas incipientes plumas de la espalda le han rasgado la camiseta otra vez…

lunes, 19 de diciembre de 2016

DOMESTICANDO AL SEÑOR EGO

-QUE LE CORTEN LA CABEZA-.

Decidió la Reina al amanecer, refiriéndose al prisionero que mantenía encerrado desde el día anterior en lo más alto de la torre.

Su consejero escandalizado intento disuadirla, esta sentencia hacía años que no se escuchaba en la corte, la última vez que fue llevada a cabo, la soberana casi pierde su propia cabeza con el dictamen, estuvo días interminables en cama ahogada en su tristeza, todos temían por su vida, hechiceros y juglares trabajaron a la par, intentando, que en esa mezcla de magia y risa su majestad se curara.

-Alteza- se atrevió a decir, tentando la cercanía que tenía y el don de ser escuchado sin que su estatus corriera peligro.

-Ha pensado en las consecuencias-?

-Cuál es el crimen para tal veredicto-?

Su excelencia, ojerosa y enloquecida se negó a responder, ordenó que todo se dispusiera para llevar a cabo sus órdenes y alegando que estaba exhausta, se retiró a sus aposentos dejando claro que solo le avisaran una vez consumado el hecho.
A salvo en su recamara, protegida por sus muros de piedra y seda, dejándose caer en un banco lleno de almohadones bordados primorosamente con hilos de oro y posicionado con sutileza enfrente de su magnífica cama, se abandonó al recuerdo...

Cómo empezó? No sabría precisar, solo tuvo claro el momento en que el amor llego otra vez sin pedir permiso, sin frenos ni censuras.
El mar se abrió en dos una tarde y le dejo conocer el milagro de saberse viva y deseada, ya nada tuvo la misma forma desde entonces.

Supo que el poder era real, que podía obrar milagros con su ternura, la alegría que acompañaba el sonido de sus pasos había llegado para quedarse, su reino era completo, y llegó esa época de avanzar fuerte, de hacer florecer cuanta mierda de vaca pisaba, convertir el agua en vino para luego convertirla en agua otra vez (que las reinas no beben), de trocar madrugadas en tardes y mover husos horarios para alinear el tiempo, de sentirse invencible y ganadora mientras la corona cumplía su función.

Y olvidó las cicatrices que traía y que una vez anterior ya había muerto.

Todo eso le dio el cautivo, que sin conciencia plena de cuál era el efecto que causaba en su majestad, desplegaba poesía a la par que sexo y sueños desmedidos.
También le dio verdad, le dijo que no era libre, que su pasión era coleccionar tesoros y su camino buscarlos.

La reina convulsa en el éxtasis de la pasión, dejaba caer esta realidad descuidadamente en los bolsillos de sus trajes, equilibrando así el andar, para no caer abrumada por el peso de la euforia.

NO HABIA CRIMEN y ella lo sabía, iba a ser una ejecución injusta.
No había más fallo en el caballero del encierro, que el de dosificar certezas evitando el sufrimiento precoz.
El prisionero de mirada limpia y andar impoluto, era inocente, porque la sinceridad la dio con igual intensidad que los besos, y si bien era cierto, que había guardado hasta el último instante la información del momento de su partida, esta no era razón de peso para borrarlo de la faz de “su tierra”... la autoprotección estaba permitida en aquella época descarnada, casi como un seguro de vida.

Era su orgullo quien lo condenaba a muerte, la imposibilidad de retenerlo, la soberbia de verlo partir.

Y si lo dejaba ir? Se dijo, quizás un día podría abdicar del trono, seguirlo donde quiera que estuviese, ayudarle a buscar joyas, ella reconocía en sí misma la necesidad de viajar sin límites.

Se acercó febril a la ventana, desde allí vio como lo conducían al patíbulo, desequilibrada gritó con fuerzas, haciendo levantar los ojos de todos en su dirección, incluyendo los de su hombre y con el alma inerte en su boca se supo perdida otra vez y comprendió que no hay tiempo para odiar, que sería un suicidio dejarlo morir.

-Vive!!! Clamó con osadía y altivez ante las miradas:

Sorprendida y enamorada de su amante,

Complacida y aliviada de su amigo confesor.

Y se apartó de los barrotes, antes que su llanto fuera de dominio público.

Pálida, demente y feliz, ajustó con eficacia los resortes que conservaban su cabeza unida al cuello (obra secreta de un herrero alquimista que trajeron de muy lejos, en la época en que pensaban que moría) y manteniéndola erguida, camuflando la cicatriz que escondía el mecanismo tras los encajes del vestido, se secó las lágrimas y abandonó el encierro de sus muros de piedra, seda y ego, mientras se decía absolutamente convencida.

-Hay cosas que una Reina debe hacer para continuar viva-...


viernes, 2 de diciembre de 2016

REVOLÚ

La niña Clara María camino a la Iglesia piensa:

-Tremendo relajo, esto no es vida-

-Tanto sexo, tanto escrito sublime, tanta iluminación, tanto pin pon, tanto salto, tanto barroco, esto parece no parar- , y le jode que todas disfruten como locas mientras a ella le toca luego ir a misa y meterse en el cartucho de palo a contarle a ese cura (que no le quita los ojos de encima) lo que las otras hacen mal.-

Ya en confesión:

-La negra puta, esa la primera-

-Fuma, dice malas palabras, se mete encuera en el mar, provoca, abre las piernas en cualquier baño, habla de su marido, su marido… Pero si ni siquiera están casados, por dios!!!

-Ahora le ha dado por ponerse antifaz y un traje apretado de noche y quiere que le digan SUPER NEGRA, dice que va a salvar... a salvar qué mamita? Si la mayoría de las veces eres tú la que termina pidiendo el agua por señas.

-Eso cada vez que aparece el jabao, "mi hombre”, dice la asquerosa con la boca bien grande y él se deja querer, también se cree su tipo, a esos dos los amarraba yo de frente y los dejaba ahí, mirándose, hasta que el pudor les haga sentir vergüenza.


-TRANQUILA HIJA-, dice el padre con los ojos clavados en sus tetas,

-RESPIRA QUE TE VA DAR ALGO- mientras piensa que le encantaría verla con un ataque de asma y ver los pechos a galope.


-Sin quedarse atrás la Mari Silvita-

-Guajira zorra… descaradaaa… tan suavecita, con su flor detrás de la oreja y su vestido blanco de tela bordada, esa no levanta los ojos del suelo por decencia (dicen en el pueblo), pero nadie sabe lo que yo se padre… loca, bruja, y manipuladora.

-Hace los frijoles con las hierbas que siembra en el patio y se los da a comer al loco de su tipo, el que presume de cazar cocodrilos y nadie le ha visto una cicatriz; él se chupa los dedos y pide más, sabiendo que esta embrujado no le importa, lo único que piensa es en encerrarse con ella en el cuarto, murmuran por ahí, que tienen una bañera llena de agua con sal en el que duerme una mujer con cola de pescao, que cuando la despiertan les canta sueños que hechizan y les hace viajar, se la encontró él en una de sus ausencias y se la trajo de regalo a la mosquita muerta de su mujer- ...


-PERO QUE DICES MI NÍÑA? -

Dice el religioso a punto de frenesí, cuando la muchacha deja ver su cuello en un golpe de pelo que hace toda enfadada....


-Sí padre, como oye, y no se altere que hay más-…

-Está la Lola marimacho-

-De un solo ojo, el otro lo lleva tapado con un parche, creo que con ese ve doble, esa manda sobre hombres y mujeres, se bebe el alcohol que no prueban las otras dos y grita como una salvaje cuando ve tierra cerca... Sabe que en tierra firme, puede salir a cazar y traerle a su capitán (que conduce el barco mugriento donde fornican cada día), doncellas temerosas que lloran al verla y que suspiran cada vez que la Lola las deja en casa, después de una noche en el camarote del chef…


El cura se limpia el sudor con ansiedad, siempre que esta niña viene, termina usando ese pequeño cordón de cuero que guarda en el arcón para limpiar la culpa y el deseo que le dejan sus confesiones, pero la vocación se impone, todo por DIOS... y su libido vuelve a preguntar:

-HAY ALGO MÁS ANGELITO?-


-Más, más, de verdad le parece poco? - Exclama la decente en un arranque de furia.

-Mire padre, no me tiente, que hoy traigo a los demonios conmigo y podría hacer estallar esta caja de madera con mi lengua-.


El padre balbucea, temeroso de que la oración no vaya a causar efecto:

-REZA, PEQUEÑA... REZA POR TI…

Casi en un susurro...

-Por mi...


Y esto último no logra oírlo la chiquilla, que en un arrebato de incomodidad, al comprender que hoy es ella quien porta a todas sus mujeres, recoge a toda prisa:

El antifaz,
La flor,
El parche.

Mientras sale corriendo de la Iglesia, recordando que a las 4 había quedado en el parque con el niño del aula de al lado, anoche le escribió una cartica diciéndole que había regresado al pueblo…